Privacidad y datos en redes sociales
La privacidad es un arma de doble filo. La base de lo que comenzó todo el fenómeno de las redes sociales hay que buscarla en la voluntad de los usuarios de compartir información. Es la naturaleza de la red, en eso se basa que funcione como está funcionando hoy en día. Compartimos nuestros datos y los demás usuarios comparten los suyos. Aunque no todo es blanco o negro, cada usuario decide lo que quiere compartir. O lo que es lo mismo, se deja al sentido común de cada uno la decisión de compartir o no lo que quiera compartir. Hasta aquí todo bien. Lo malo es que a menudo los usuarios no son capaces de valorar hasta que punto la información que están compartiendo es más o menos pública, o incluso, en el caso de que sea privada quien pueda tener acceso a esa información, dado que las redes sociales no son organismos alejados de toda sospecha (venta de datos de usuarios por parte de facebook, hackeo de cuentas de twitter,…).
Algunas iniciativas como la de Please rob me intentan dar voces de alarma para que nos demos cuenta de la información de valor (para posibles cacos) que podemos estar haciendo públicas en redes tipo Foursquare.
O como la de Actual facebook graph searches que aprovechan la nueva búsqueda de facebook para elaborar interesantes búsquedas (gente casada a la que le gustan las prostitutas, empresas en las que trabajan personas a las que les gusta el racismo,…).
Por otro lado, algunos aplauden el uso de esa información por parte de las fuerzas del orden para atrapar a todo tipo de delincuentes. Unos delincuentes, que como usuarios de redes sociales, tampoco son conscientes de la información que están haciendo pública en la red.
Otras iniciativas nos hacen preguntarnos sobre la ética del acceso a información crítica, incluso si es para una buena causa. El ejemplo más reciente, de Save.org (Suicide Awareness Voices of Education) y Facebook, pretende analizar los perfiles de usuarios que han cometido suicidio para determinar si hay alguna “pista” que pueda elaborar un perfil de comportamiento que pueda predecir los suicidios (a lo Minority Report).
El interés en algún tipo de herrameinta capaz de explotar los datos de las redes sociales para obtener información de valor no es solo algo teórico. El FBI ya se ha pronunciado al respecto pidiendo a la industria ayuda para desarrollarla. Una llamada que esta teniendo sus frutos. Empresas como Raytheon ya están desarrollando este tipo de software en estos momentos (podéis ver una demos de su software Riot en este vídeo).
La moraleja de la historia es que cada usuario debe ser consciente de la información que comparte y de la información que entrega (en algunos casos presta, otros simplemente regala) a otras empresas. En este post he querido señalar los peligros, para hacer evidente el cuidado que debemos tener a la hora de hacer cualquier actividad en la red. Las redes sociales tienen un gran potencial y es una de las cosas más importantes que le ha pasado a internet desde que se inventó. Pero debemos ser conscientes de nuestra actividad en la red, tanto usuarios como empresas.